Ruta de Wellington

Segundón de la nobleza irlandesa, Arthur Wellesley, posteriormente Duque de Wellington por sus hazañas militares fue destinado a la guerra peninsular, donde combatió junto con William Carr Beresford. Aunque esta guerra no iba demasiado bien, era el único lugar donde las fuerzas inglesas y portuguesas habían conseguido un frente en el territorio continental contra Francia y sus aliados (la desastrosa Expedición Walcheren fue una de las expediciones fallidas típicas de la época). Wellesley había enviado un memorándum a Castlereagh sobre la defensa de Portugal, y Castlereagh le nombró jefe de la fuerza expedicionaria. Wellesley derrotó a los franceses en Portugal, en la batalla de Roliça y en la batalla de Vimeiro, en 1808. La resultante Convención de Sintra, que estipulaba que el ejército británico transportaría a los soldados franceses fuera de Lisboa con todo su equipamiento, fue muy controvertida, y Wellesley fue brevemente reclamado a Inglaterra. Mientras tanto, el mismo Napoleón había llegado a España con sus tropas de veteranos, y cuando el comandante en jefe, John Moore, murió durante la batalla de La Coruña, Wellesley fue nombrado nuevo comandante en jefe de todas las fuerzas británicas en Portugal, volviendo a la Península en abril de 1809.

El 27 de julio de 1809 derrotó a uno de los ejércitos del rey José Bonaparte (el hermano mayor de Napoleón) en la batalla de Talavera. Por este éxito fue ascendido al estatus nobiliario con el título de vizconde de Wellington, de Talavera y de Wellington en el Condado de Somerset. Cuando los franceses invadieron de nuevo Portugal en 1810, les detuvo en Buçaco, bloqueándoles posteriormente e impidiéndoles tomar la península de Lisboa gracias a sus magníficamente construidas líneas terrestres de defensa en Torres Vedras, junto con la protección marítima de la Armada Real británica (la incruenta batalla de Lisboa). Las apabulladas y hambrientas fuerzas francesas de invasión se retiraron tras seis meses, tras lo cual Wellesley expulsó definitivamente a Francia de Portugal en 1811, luchando en las batallas de Fuentes de Oñoro y La Albuera. En mayo de 1811 fue ascendido a general por sus servicios en Portugal.

Ya dentro de España, después de romper el cerco a la fortaleza de Badajoz el 6 de abril de 1812, la población de la plaza fuerte sufre 72 horas de saqueos y violaciones por parte de la soldadesca ebria tras localizar los almacenes de aguardiente portugués (ver Batalla de Badajoz). Vuelve a derrotar a los franceses en la batalla de los Arapiles, llegando a Madrid en 1812. Sobre esta época se le hizo conde de Wellington. El contraataque francés colocó a las fuerzas inglesas en una situación precaria, pero Wellington tomó el mando de todas las fuerzas aliadas en España,3 al tiempo que era nombrado marqués de Wellington el 3 de octubre. En esta fecha Wellington estaba en su cuartel general de Villatoro dirigiendo el asedio de Burgos (19 de septiembre a 21 de octubre de 1812), que fue una de las pocas derrotas de su carrera militar.4 Sacando ventaja de la retirada de gran parte del ejército francés para participar en la desastrosa campaña rusa de Napoleón, Wellington tomó la ofensiva en 1813, culminando ésta en la batalla de Vitoria, que expulsó al enemigo de vuelta a Francia, acción por la que fue ascendido a mariscal de campo. Por esta hazaña, Ludwig van Beethoven compuso su obra La victoria de Wellington. En Vitoria se aprehendieron importantes cuadros que José Bonaparte quería sacar del país; Wellington se los quedaría, a pesar de su insistencia en devolverlas, siendo rechazada esa reintegración por el nuevo rey Fernando VII y actualmente se conservan en su mansión de Londres, Apsley House, son conocidas por el irónico nombre de «Spanish Gift».

Por su ayuda a España en la guerra contra Napoleón se le concedió el Ducado de Ciudad Rodrigo, la Gran Cruz de la Orden Nacional de San Fernando, y el Toisón de Oro, a pasar de su deslealtad cuando ordenó bombardear las manufacturas textiles en Béjar (Salamanca) (competencia de las inglesas) y la Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro de Madrid, acusando a las fuerzas napoleónicas, que ya habían evacuado la ciudad.

Después, Wellington invadió Francia, con tropas inglesas y portuguesas, aunque fue derrotado por las fuerzas francesas en Toulouse. Poco después de esta batalla, Napoleón fue desterrado a Elba en 1814.

Aclamado como héroe y conquistador, Wellesley fue hecho duque de Wellington, título que aún ostentan sus descendientes. Fue nombrado embajador en la Francia de Luis XVIII y tomó el puesto de Castlereagh como primer plenipotenciario en el Congreso de Viena, donde abogó con fuerza para permitir a Francia mantener su puesto en la balanza de poderes en Europa. El 2 de enero de 1815, su título de caballero del Baño se convirtió en el de caballero de la Gran Cruz debido a la expansión de dicha orden.

El 26 de febrero de 1815, Napoleón abandonó su exilio en Elba para regresar a Francia, retomando el control del país en mayo. Wellington encabezó entonces la reforma de la alianza contra él. Dejó Viena para comandar las fuerzas aliadas en la campaña de Waterloo, situándose en Bélgica junto con las tropas prusianas de Gebhard Leberecht von Blücher y luchando primero en la batalla de Quatre Bras, para volver cuatro días más tarde a enfrentarse a Napoleón en la batalla de Waterloo, donde este fue definitivamente derrotado, abdicando de nuevo el 22 de junio y siendo deportado posteriormente a la lejana isla de Santa Elena.