Situado en el municipio salmantino de Aldea del Obispo, se ubica en el llamado cerro de Gardón, a escasos metros del río Turones, entre España y Portugal. Construido en plena Guerra de Restauración portuguesa y reconstruido décadas más tarde, fue volado durante la Guerra de la Independencia y abandonado hasta su restauración parcial a comienzos del siglo XXI. Un autentico vestigio de la historia napoleónica para convertirlo en el original hotel que es hoy día.

Ciudad Rodrigo es un lugar muy importante en la Guerra Peninsular ya que sufrió no uno sino dos asedios: en 1810 y en 1812.
El Parador de la localidad no solo destaca por ser uno de los más antiguos de la Red Nacional de Paradores, sino porque en su Salón Alcázar, Wellington firmó la capitulación de las tropas francesas en el ya mencionado año de 1812.

Un verdadero palacio real, considerado, desde 1917, como uno de los más bellos, románticos y Hoteles históricos en el mundo.

La ciudad fue testigo de la batalla de Buçaco, donde el general Wellington derrotó a las tropas del emperador Napoleón. De hecho, en el propio recinto del Hotel se encuentra un antiguo convento que fue el lugar donde Wellingtoninstaló su cuartel general en aquel período. E incluso, una de las celdas de dicho convento fue donde el general inglés durmió la noche después de la batalla.

Hotel Rural y una auténtica mesona del siglo XVIII a solo 16km de Astorga y en pleno Camino de Santiago. En ella se alojó el propio Napoleón en el tiempo que pasó en España durante la Guerra de la Independencia.

Hoy en día ha sido declarado Monumento Nacional, está restaurado y está integrado en el Parador Nacional de Turismo de Benavente.

La mayor parte del castillo fue destruida por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia, conservándose únicamente la hermosa y original torre, obra realizada con una mezcla de los estilos gótico y renacentista, a principios del siglo XVI, y perteneciente a la Casa Pimentel.

Durante la Guerra de la Independencia este magnífico convento se transformó en cuartel y sufrió graves daños.

El encanto de lo antiguo predomina en el Hotel Jardín de la Abadía, construido sobre una abadía del siglo XII, gracias a una cuidada decoración religioso-medieval y con frescos gótico-románicos. Las 22 habitaciones de la abadía cuentan con un diseño estudiado para crear espacios únicos. 

La estupenda ubicación del hotel, muy cercana a Valladolid y a la salida de la A-62 (autovía de Castilla), nos convierten en una opción perfecta tanto para estancias de negocios como de ocio.